Hoy vamos a visitar Macao, la otra Región Administrativa Especial que podemos encontrarnos en el sur de China a a poco más de una hora de distancia en Ferry desde Hong Kong.
Macao fue una colonia portuguesa hasta su reunificación con China en 1999, y tiene un funcionamiento similar al de Hong Kong de "un país, dos sistemas". Es decir a pesar de pertenecer a China tiene su propio sistema legal, su propia moneda y sus propios controles fronterizos. Gracias a esto, podemos visitar Macao sin necesidad de solicitar un visado como sí sucede en el resto de China.
Macao es mundialmente famoso por sus casinos. Es la ciudad del juego más visitada de Asia y desde 2006 se ha convertido en el principal centro del juego del mundo, superando a ciudades míticas como Las Vegas, Atlantic City, o Monte-Carlo.
Cómo llegar a Macao desde Hong Kong
La forma más sencilla es usando el Ferry. La Hong Kong-Macau Ferry Terminal en Shun Tak Centre se encuentra al lado de la estación de metro de Sheung Wan. Hay barcos cada 15 minutos, por lo que no es necesario reservar con antelación. Simplemente compras el billete de ida y vuelta en la taquilla y pasas a la sala de espera para el embarque.
Al comprar el billete a Macao te avisan que es necesario que presentes el pasaporte.
Por muy cerca que estén Macao y Hong Kong estamos pasando de un "país" a otro (realmente de una "región administrativa" a otra). El trayecto dura aproximadamente 1 hora, y al llegar hay que cruzar el control de inmigración. Es un proceso bastante rápido: rellenar la típica hoja de inmigración que te dan en el ferry, te añaden el sello de entrada al pasaporte y te dejan pasar sin mayor problema, pero como la afluencia de visitantes es enorme se forman muchas colas y hay que esperar un rato.
La estación de Ferrys en Macao se encuentra bastante alejada del centro. Nada más llegar te asaltarán un montón de locales ofreciéndote guías y transporte. Originalmente les ignoramos porque pensamos que acceder al centro de Macao sería sencillo. Sin embargo fuimos incapaces de encontrar el transporte público hacia el centro y volvimos a la terminar para regatear con un taxista el traslado.
Pataca: la moneda de Macao
A pesar de la que moneda oficial de Macao es la Pataca, se puede pagar en todas partes con dólares de Hong Kong. Ambas monedas tienen el mismo valor. Sin embargo, cuando compres algo y pagues con dólares de Hong Kong, el cambio te lo darán en patacas. Es importante gastar todas las patacas antes de salir de Macao, porque en Hong Kong no se aceptan en ningún sitio y es fácil acabar con un pequeño lío de monedas en el bolsillo.
Templo de A-Má
Comenzamos nuestro recorrido en el punto más alejado respecto a la terminal de Ferrys con el objetivo de ir acercándonos al punto de regreso según visitábamos la ciudad. El Templo de A-Ma es el más antiguo en la ciudad de Macao. Fue construido en el año de 1488 durante la Dinastía Ming para conmemorar a Mazu, la diosa sagrada del mar que bendice a los pescadores.
Es un sitio muy curioso con edificios de diversas épocas y estilos, pero que destaca sobre todo por las grandes letras dibujadas en la roca y las pequeñas zonas de oración escavadas en las propias paredes de la montaña.
Miradouro de Santa Sancha
Desde el templo fuimos subiendo poco a poco hasta el Mirador de Santa Sancha. En la parte alta de la colina hay una iglesia católica sin mayor interés, pero las vistas de la zona de casinos y, en especial de la Torre de Macao son espectaculares.
La Torre de Macao mide 338 metros de alto y tiene un mirador en la parte superior.
Además se pueden hacer actividades como bungee jumping (puenting) con las mejores vistas de la ciudad. Nosotros no llegamos hasta ella, pero seguro que la experiencia vale la pena.
Largo del Senado
El centro histórico de Macao tiene un innegable sabor a Portugal. Muchas de las calles y construcciones recuerdan a algunas zonas de Lisboa, pero con elementos chinos que parecen un poco fuera de contexto. Toda esta zona hay que recorrerla sin prisa y dejándese llevar. Intentamos tirar de mapa, pero no vale la pena. Lo mejor es disfrutar de esa mezcla de ambientes del paisajes europeos con usos y costumbres chinas.
Ruinas de San Pablo
De la antigua Iglesia de “Madre de Deus” se conserva tan solo la fachada y la escalera de 68 escalones a la que da acceso, pero es espectacular. Estas ruinas se han convertido en un auténtico símbolo de Macao y son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Creo haber leído en algún sitio que esta iglesia era uno de los templos cristianos más grandes de Asia. Por la parte de atrás de la fachada está delimitado el terreno que ocupaba la catedral, y los restos que aún se conservan (parte de las criptas) están protegidos con placas de cristal para que puedan ser vistos por los visitantes.
Es posible acceder al segundo nivel de los arcos de la fachada para contemplar las vistas de la ciudad.
Muy cerca de la ruinas de San Pablo nos encontramos la Fortaleza del Monte, que servia históricamente como línea de defensa de la ciudad. Se conservan las murallas y los cañones apuntando a lo que ahora son casinos y complejos de lujo.
Los casinos de Macao
Habíamos pensado entrar a alguno de los casinos por curiosidad, aunque no es el tipo de turismo que nos gusta. Pero entre el tiempo de viaje, la frontera, ubicarnos en la ciudad y el resto de visitas, solo dimos un vistazo por fuera a los edificios más emblemáticos.
Si hay un casino que destaca en Macao es, sin duda, el Casino Grand Lisboa
Con sus 258 metros de altura y su forma de flor de Loto el edificio del Grans Lisboa sobresale entre todas las edificaciones del entorno. No puedo decir que sea bonito. La verdad es que resulta demasiado ostentoso y no está en absoluto integrado con el resto de la ciudad. Pero desde un punto de vista arquitectónico me parece glorioso. Que un edificio de ese tamaño se abra de esa forma en la altura y se mantenga estable sin tensiones estructurales me resulta increíble.
Desde la zona de los casinos si fuimos capaces de encontrar el autobús de regreso a la estación del Ferry. El autobús se paga directamente dejando las monedas en una caja junto al conductor, y es necesario entregar el importe exacto, porque no dan cambios. Aunque tampoco me dio la sensación de que al chofer le importase lo más mínimo cuanto dinero dejábamos en realidad.
Macao es una ciudad de contrastes, incluso más evidentes que el Hong Kong. El transporte público y muchas de las casas de viviendas entregan una marcada sensación de pobreza. Pero junto a esas misma casas encontramos los casinos más elegantes, repletos de adornos y decoración dorada. Y a poca distancia el centro histórico con su alma portuguesa salpicada de detalles orientales. Más allá del negocio del juego, Macao bien merece una visita por sí misma.