El 1 de octubre comenzamos nuestro viaje a Hong Kong. A las 18:00 tomábamos el avión desde Bilbao hacia Muchich, que tras una escala de hora y media nos llevaría directos a Hong Kong.
El vuelo lo realizamos con Luthansa y todo el vuelo se realizó sin problemas, aunque como es lógico las horas de viaje no te las quita nadie.
Llegada a Hong Kong
Aterrizamos en el aeropuerto internacional de Hong Kong sobre las 3 de la tarde (hora local) del 2 de octubre. Afortunadamente las colas de control de aduanas avanzaban bastante deprisa. Los turistas de la unión europea no necesitamos ningún tipo de visado, simplemente el pasaporte en vigor.
Como dato curioso, nos tomaron la temperatura para entrar al país. Lo hacían directamente con un termómetro láser, con el que te apuntaban un par de segundos a la frente. Estábamos en plena época de la famosa epidemia de gripe A y se extremaban las precauciones en materia de salud.
A la salida recogimos el equipaje y fuimos directamente a localizar el shuttle hacia nuestro hotel.
Metropark Hotel Mongkok
Este fue el hotel que elegimos para nuestras 9 noches en Hong Kong. Se encuentra situado en la península de Kowloon junto a una boca de metro, por lo que nos pareció una opción muy cómoda para desplazarnos por la ciudad. En cuanto al hotel, muy buena calidad a un precio razonable y con opción a desayuno buffet en el propio hotel. Por cierto, en la recepción del hotel volvieron a comprobar si teníamos fiebre.
Para legar desde el aeropuerto usamos el propio shutle del Hotel. Les había escrito unos días antes y me confirmaron que el precio era (al cambio) de menos de 9 € por persona, por lo que compensaba las molestias de tener que tomar el transporte público.
Cambiamos unos pocos euros en el mismo Hotel para tener algo de dinero en el bolsillo y después de refrescarnos salimos a explorar los alrededores del hotel.
Primer contacto con Hong Kong
Eran ya las 7 de la tarde y noche cerrada en Hong Kong, así que solo pretendíamos dar una vuelta para ubicarnos, localizar la boca de metro y asegurarnos de saber volver al Hotel. Es recomendable llevar siempre una tarjeta del Hotel con su nombre en caracteres chinos, por si necesitamos indicaciones o tomar un taxi, puesto que no todo el mundo es capaz de leer los caracteres occidentales aunque hablen inglés.
La primera impresión de Hong Kong es impactante. Lo primero que piensas es que todo es enorme.
Edificios tremendamente altos pero a simple vista ridículamente estrechos. Carteles de tiendas, y restaurantes que se superponen unos a otros y apuntalados con cañas de bambú. Andamios completos realizados con cañas de bambú. Y muchísima gente por la calle.
Entre el jetlag y las comidas del avión no teníamos ganas ni de buscar un sitio para cenar. Compramos nuestras tarjetas Octopus en la estación de metro junto al Hotel para tenerlo todo preparado para el día siguiente y en una tiendita cercana encontramos una oferta de dos galletas gigantes por 5HKD (menos de 50 céntimos de euro) y nos fuimos a la cama totalmente ilusionados por lo todo lo que nos quedaba por conocer.