El domingo a las 12 de la mañana tomábamos el avión de regreso a casa vía Frankfurt. Esa misma mañana empecé a encontrarme mal y lo recuerdo como el viaje en avión más largo en toda mi vida. Unos días más tarde sabría que me traía conmigo el virus de la Gripe A a modo de souvenir.
Durante muchos años he dicho que Hong Kong me parece "el sitio más alucinante del planeta".
El hecho de que fuese la primera gran ciudad de Asia que conocí condiciona mucho esa afirmación. Pero sin duda es un lugar espectacular que merece muchísimo la pena visitar.
Es una ciudad impactante, con una densidad de población brutal pero que funciona increíblemente bien. La gente tiene un comportamiento muy occidental (nada que ver con el resto de China) y respetuoso. Por ejemplo, saben hacer una fila y mantenerla, tanto en el transporte como en tiendas y restaurantes.
Es una ciudad que te abruma en todos los sentidos:
- A nivel visual porque todo es grande. Edificios enormes, tranvías de dos pisos, multitud de pasos elevados para peatones, cantidades inmensas de gente... Todo está hecho a una escala mayor de la que estamos aocstumbrados. Y es genial.
- A nivel auditivo porque en muchas ocasiones es una ciudad ruidosa. El tráfico es excesivo en algunos puntos y en muchas calles el zumbido de los aires acondicionados es muy perceptible. Además hay muchas zonas de la ciudad en obras, por rehabilitación o por la construcción de nuevos edificios.
- A nivel olfativo porque su cocina tiene un olor increíblemente intenso. Recuerdo especialmente un puesto de comida cercano a nuestro hotel que olía literalmente a rayos para mi pituitaria occidental y que paradógicamente siempre tenía cola de gente esperando para comprar.
- A nivel gustativo porque la comida china no sabe como la de los restaurantes chinos españoles. En absoluto. No eres consiente de los occidentalizados que están los restaurantes chinos españoles hasta que viajas a China. La textura del arroz es toalmente diferente, los noodles se sirven con cantidades ingentes de caldo y los postres literalmente no saben a nada. Creo que el azúcar es un ingrediente desconocido en la cocina china.
Por todo ello Hong Kong es espectacular. Hay que sentirlo y vivirlo en primera persona para poder apreciarlo. Espero que os haya gustado este diario y que os pueda resultar útil en vuestro viajes. Buen viaje!