Hoy nos acercaríamos a la isla de Lantau para visitar una de las estatuas de Buda más grande del mundo y el monasterio Po Lin.
Para llegar hasta la zona del gran Buda hay que coger la línea naranja del metro hasta la última estación Tung Chung. Nada más bajarnos del metro nos encontramos con un centro comercial enorme en lo que parecía una zona bastante apartada de los núcleos de población. Alrededor sólo se ven unas torres de viviendas y no parece haber mucho más en el entorno.
Por cierto, en el sótano de ese centro comercial encontramos una oficina de cambio de moneda que nos hizo el mejor cambio de toda nuestra estancia en Hong Kong.
Uno no puede dejar de preguntarse ¿como es posible que sea rentable un centro comercial tan grande en una población tan apartada? Pero entonces te pones a hacer cuentas: 20 torres de viviendas, de unos 52 planta cada una, con al menos 14 viviendas por planta y una media de 4 personas por vivienda... En esas torres apartadas viven posiblemente más de 50000 personas, que es más que muchas capitales de provincia de España. De nuevo la construcción en altura y la densidad de población nos abruma.
Teleférico Ngong Ping 360
Para subir a la zona del Gran Buda teníamos que tomar el teleférico más largo en el que me he montado nunca. La estación está muy cerca de la salida del metro y el centro comercial. No tiene pérdida. El recorrido que realiza el teleférico es enorme: tarda unos 25 minutos en completarse e incluye un giro de 60 grados en mitad del recorrido.
Hay dos tipos de cabinas: la normal y unas panorámicas con el suelo de cristal.
Nosotros elegimos la cabina estándar y las vistas son impresionantes. No creo que compense pagar más por tener el suelo de cristal. Durante el recorrido pasamos por encima del canal que separa Lantau de la isla artificial del aeropuerto y toda la zona montañosa de la isla. Es espectacular y parece que el cable del teleférico no termina nunca. El Buda comienza a ser visible varios kilómetros antes de la llegada a la estación final.
Ngong Ping Village
Nada más bajarnos del teleférico no encontramos un la Villa Ngong Ping. En realidad es un conjunto de restaurantes y tiendas de souvenirs al más puro estilo de un parque temático. Y me gustan los parque temáticos como al que más, pero en ese entorno y dirigiéndonos a un lugar teóricamente destinado al culto y la oración, la Ngong Ping Village me pareció francamente horrorosa y fuera de lugar.
Desde aquí ya podemos admirar el enorme Buda en lo alto de una colina unos cientos de metros por delante. Y afortunadamente esa vista de lo suficientemente impresionante como para hacerte olvidar la trampa para turistas que el Ngong Ping Village
El Gran Buda Tian Tan
Se trata de una estatua de Buda sentado, realizada en bronce y que mide unos 34 metros de alto, que la convierte en uno de los budas más grandes del mundo (aunque creo que he visto más estatuas que reclaman esa calificación). En cualquier caso es grande, muy grande.
Pese a que podamos pensar que se trata de un monumento histórico, la estatua de Buda Tian Tan fue construida en 1993.
Para llegar a la base de la estatua hay que superar una escalera de 268 escalones. Parecen muchos, pero la verdad es que se suben muy fácil. Es mayor problema esquivar al enorme número de turistas que recorren la escalinata.
El buda está rodeado de por otras seis pequeñas estatuas de bronce realizando ofrendas al buda: flores, fruta, etc... Esta estatuas son conocidas como "La Ofrenda de los seis Devas" y se encuentran valladas para evitar que gente se acerque y se suba en ellas.
En el interior del Buda hay un pequeño museo que no visitamos y que no parece tener mayor interés. Y desde la base de la estatua podemos contemplar el entorno natural en el que está ubicado y el Monasterio Po Lin que visitaríamos a continuación, des pues de volver a bajar la escalinata de acceso al Buda.
Monasterio Po Lin
Fue fundado en 1906 por tres maestros de la escuela budista Zen y es el monasterio budista más importante de Hong Kong. Por lo tanto es mucho más antiguo que el Gran Buda Tian Tan, aunque este se haya convertido en la gran atracción turística de la zona.
Para acceder al recinto hay que cruzar una gran puerta de entrada con tres arcos. El recinto del monasterio está formado por el templo, las casas de los monjes, un restaurante vegetariano y varios puestos para comprar incienso con sus correspondientes quemadores para realizar la ofrenda.
El templo está profusamente decorado con colores brillantes y figuras de flores, dragones y otras figuras mitológicas de china. El principal foco de atención son sus tres estatuas de Budas de bronce, que representan la vida pasada, presente y futura.
Para regresar al centro de Hong Kong hay que realizar el trayecto inverso en el teleférico y metro. Durante la bajada en el Teleférico Ngong Ping 360 nos llamó la atención la imagen de los pescadores que se afanan en las aguas cercanas a la costa. Una nueva prueba del brutal contraste de riqueza y pobreza que es tan fácil encontrar en Hong Kong.
