Hoy dedicamos el día a algunos recorridos menos frecuentados por turistas y que nos permiten conocer un poco más de esta pequeña pero atractiva capital europea.
Emona: Ljubljana en la época del imperio romano
La ciudad romana de Emona (durante los siglos I al V) ocupaba el espacio donde hoy de ubica el centro de la actual Liubliana. Sin embargo aún se conservan bastantes vestigios de la antigua Emona. Comenzamos nuestra ruta visitando la sección del muro meridional de la ciudad, que se encuentra en bastante buen estado. Ademas existen también dos parques arqueológicos que pueden visitarse gratuitamente.
En esta foto de la Wikipedia podemos ver la ubicación de la antigua ciudad de Emona sobre el actual mapa de Ljubljana.
A lo largo del recorrido se han colocado diversas señales para poder localizar los puntos de interés que se conservan de los asentamientos romanos así como paneles informativos de las murallas, cisternas, enterramientos, el foro, puertas de acceso, etc... Un recorrido muy interesante por la historia que merece mucho la pena.
El parque Tívoli
Situado en la parte noroeste de la ciudad el parque Tívoli es el más grande de Ljubljana, con una superficie total de más de 5km2.
Los orígenes del parque se remontan a la Edad Media, pero la estructura actual está muy vinculada al arquitecto Plečnik, autor de numerosos edificios en toda Eslovenia.
El creó la actual avenida central del parque que se extiende hasta el palacio Tívoli. Personalmente me resulta excesivamente grandilocuente e incluso árida, pero es un poco la seña de identidad de Plečnik.
Además de paseos y jardines el parque cuenta también con instalaciones deportivas como pistas de tenis, piscinas, etc. El conjunto no es especialmente bonito, aunque es agradable de pasear e indudablemente es un pulmón verde para la ciudad.
Muy cerca del parque Tívoli encontramos también la Iglesia Servia Ortodoxa, que aunque desde el exterior puede parecer un edifico bastante común, su interior está totalmente repleto de frescos desde el suelo hasta el techo. La entrada es gratuita y merece la pena echarle un vistazo.
Metelkova Mesto
Se trata de una barrio alternativo en el que los artistas locales han ocupado antiguos barracones militares y lo han convertido en una especie de centro de arte, ocio y residencia. Es un lugar muy peculiar, con fachadas llenas de pinturas y obras de arte muy surrealistas y particulares. También hay varios bares (dicen que con cerveza muy barata) y casas en espacios ocupados.
Los residentes son conscientes de que han conseguido convertir Metelkova Mesto de barrio abandonado a una nueva atracción.
Hay varios carteles pidiendo respeto para los residentes e invitando a fotografiar las estatuas y edificios pero no a la gente, ya que no quieren sentirse como "animales de zoo".
Un lugar distinto con un ambiente alternativo, en la linea de Haus Schwarzenberg en Berlin o Zawp en Bilbao, aunque este último es mucho menos intenso en su decoración.
El Jardín Botánico
Por la tarde decidimos acercarnos a ver el El Jardín Botánico de Ljubljana, ya que habíamos leído que cuenta con más de 4000 especies de plantas y una gran superficie. Además la entrada es gratuita.
El Jardín Botánico ha sido mi mayor decepción de todo el viaje y no puedo recomendarlo en absoluto. He sido incapaz de encontrarle el más mínimo encanto, ni a su ubicación, ni a la distribución... Ni siquiera me parece agradable de caminar. Mi consejo es que os ahorréis el camino hasta allí, aunque el camino por la rivera del rio es mucho más bonito que el jardín botánico en sí mismo.
Paseo en barco por el río Ljubljanica
Ljubljana es una ciudad fácil de pasear, y las vistas en barcos desde el río no difieren en exceso de las que se pueden observar paseando por las dos riveras peatonales. Sin embargo el paseo en barco tiene su encanto y no es demasiado caro en comparación con tras ciudades.
Hay numerosas empresas que se dedican a realizar estos paseos. Podréis encontrarlos a lo largo del río en los distintos puntos de embarque. Tanto el recorrido y el servicio como los precios son muy similares. Nosotros elegimos la única que tiene el barco totalmente realizado en madera simplemente porque nos llamó la atención el bote. Sin embargo hay otras que tal vez tengan menos gente y por lo tanto el viaje pueda resultar un poco más cómodo.
En primer lugar te llevan en dirección al jardín botánico por las afueras de la ciudad para visitar esa zona poco transitada. A continuación da la vuelta y recorre toda la ciudad hasta llegar al puente del dragón desde donde regresa. El punto álgido del camino es la perspectiva de la plaza Prešeren y el puente triple.
Ljubljana de noche
Por la noche Ljubljana es una ciudad muy agradable de pasear. La iluminación de los edificios es bastante amplia para ser una ciudad europea, y las riveras del río están llenas de terrazas con muchísimo ambiente hasta pasada la media noche.
Como recomendación para comer o cenar en Ljubljana, el mejor restaurante que hemos probado en la ciudad es Pri Škofu en Rečna ulica 8. Está en una zona no muy transitada, pero a escasos 5 minutos andando del centro histórico de la ciudad. Tanto el trato como la calidad fueron exquisitas. Merece la pena alejarse un poco de las calles centrales para disfrutar de un lugar así.