Hoy dedicaríamos la jornada a visitar las dos cuevas más famosas de Eslovenia y el castillo construido en una cueva más grande del mundo. Aunque no estoy seguro de si habrá muchos otros castillos construidos en cuevas de todas formas.
Las Cuevas de Skocjan
Las Cuevas de Skocjan son las segundas más famosas de Eslovenia y están declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es muy facil llegar en coche siguiendo las indicaciones, y al llegar a la entrada nos encontramos con un amplio parking perfectamente acondicionado y con sitio suficiente.
Al acercarnos a la taquilla para comprar las entradas nos damos cuenta de que las Cuevas de Skocjan juegan a otro nivel respecto al resto de lugares turísticos que habíamos visitado en el país. Aquí todo está bien organizado y centrado en el turísta, algo que no habíamos visto ni siquiera en Bled. Y unido a ello está también la parte comercial encontrando junto a la taquilla una zona de servicios para los visitantes con tienda y bar.
Las Cuevas de Skocjan se visitan con guía en grupos que salen de la zona de taquillas a las horas en punto.
Hay dos modalidades de entradas: el itinerario 1 (el más habitual) en el que se visita el cañón subterraneo de la cueva y el itinerario 2 que añade a la visita la ruta por el curso del rio Reka. Nosotros hicimos solamente la visita del cañón subterráneo, por lo que no puedo opinar de la otra parte. La entrada cuesta 16€. No es barato, pero merece muchísimo la pena.
Llegamos sobre las 9:20 de la mañana y cogimos entradas para el grupo de las 10. Para hacer tiempo nos fuimos a dar un paseo por el "educational trail", que tiene unas impresionantes vistas de la entrada original de la cueva.
A las 10 de la mañana el guía nos llevó hasta la entrada de la cueva, que está a unos 10 minutos andando de la zona de taquillas. Allí nos separaron en subgrupos de hasta 50 personas en función del idioma (ingles, esloveno o italiano) y se asignó un guía a cada uno. Y de ahí pasar nuestra entrada por los tornos y acceder a la cueva.
La cueva de Skocjan es realmente espectacular. Creo que son las cuevas más bonitas que he visitado en mi vida.
O al menos las más impresionantes, porque el tamaño de las bóvedas y de las cavidades por donde caminamos es brutal. A lo largo de la hora y media de recorrido el guía va explicando las diferentes formaciones y datos históricos sobre la cueva, cuando se descubrió, las primeras exploraciones, etc.
Hay salas inmensas que en algún momento del tiempo estuvieron totalmente inundadas por el agua, formando prácticamente un mar subterráneo por su tamaño. Y durante el recorrido, que está perfectamente habilitado para los visitantes, se observan restos de las antiguas vías usadas por los primeros exploradores.
En el interior de la cueva no se pueden realizar fotografías, pero os aseguro que la visita deja con la boca abierta y que debe ser una visita obligada para cualquier persona amante de la naturaleza en Eslovenia.
Al llegar a la cavidad de salida, que es la entrada original a la cueva que habíamos visto desde el mirador del "educational trail" el guía se despide y ya te permiten hacer fotos de la gruta de salida.
Las cuevas de Postojna
Nuestra siguiente parada del día sería conocer las cuevas más visitadas de toda Europa. Habíamos cogido las entradas con antelación por Internet para asegurarnos la hora de visita. Las entradas a estas cuevas (combinada con la visita al castillo de Predjama) nos costaron la friolera de 35.70€ por persona. A todas luces escandaloso. Veríamos si merece la pena.
Si había comentado que en las cuevas de Skocjan todo está muy bien enfocado al turismo, en Postojna nos encontramos un auténtico parque temático. Nada más llegar, parking gigantesco de pago: 5€ al día sin mínimo de tiempo. Y luego al acercarnos a la zona de taquillas descubrimos decenas de tiendas de recuerdos, bares, restaurantes... y con unos precios escandalosos. La sensación es la misma que si estuviésemos entrando en Disney o en Port Aventura.
Comprar las entradas por Internet te permite saltarte la larga cola de taquillas y pasar directamente y sin esperas al mostrador de recogida de entradas.
Habíamos reservado entradas para las 15:00 horas y aún quedaba bastante tiempo, por lo que nos alejamos un poco de la masa de gente de la zona de taquillas y tiendas y buscamos un rincón tranquilo en el parque anexo para comer nuestro picnic y descansar un rato. Como referencia el precio de un café en vaso para llevar en esta zona de restauración era de 2,70€. Sin palabras.
Al acercarse nuestra hora nos dirigimos a la entrada de la cueva que se encuentra (no podía ser de otra forma) al fondo de la calle comercial. En función del idioma de la visita la entrada se realiza por diferentes tornos. En la puerta te hacen la típica foto que te intentarán vender luego como recuerdo y con ello llegamos a la "estación de tren"
Los 2 primeros kilómetros de las cuevas de Postojna se realizan en una especie de tren abierto que te acerca sin esfuerzo a la parte más interesante de las cavidades.
La cantidad de gente en cada grupo es brutal y excesiva. Yo diría que en nuestro grupo había más de 100 personas, y se mueven trenes constantemente. No me extraña en absoluto que sean las cuevas mas visitadas de Europa.
Por lo demás las cuevas son espectaculares. No hay cavidades tan sorprendentemente grandes como en Skocjan, pero la belleza natural del lugar en innegable. En este caso no hay limitación a la realización de fotografías mientras que se realicen sin flash, aunque lamentablemente tampoco fue un tema que se controlase en exceso.
Contando el viajecito de ida y vuelta en el tren la duración de la visita es de alrededor de 2 horas.
Hay muchísimas estalactitas, cortinas y columnas realmente impresionantes. Pero toda la parafernalia turística y las aglomeraciones de visitantes le restan gran parte de valor.
En las cuevas habitan 150 especies de animales, siendo el más grande el proteo o "pez humano", que se ha convertido en una especie de mascota de Postojna. Es el único vertebrado subterráneo europeo puede llegar a vivir 100 años y sobrevivir sin comida durante varios años.
Al finalizar la visita se llega a una caverna - auditorio con una acústica excelente. En este punto, con la excusa de esperar al tren, te mantienen parado unos 10 o 15 minutos ya que aquí, a más de 2 km de profundidad, se han montado una tienda de recuerdos e incluso un buzón de correos para que puedas echar tus cartas con un matasellos único en el mundo.
En resumen, las cuevas de Postojna son francamente hermosas. Pero si tuviese que elegir y visitar sólo unas cuevas en mi viaje a Estonia yo me quedaría con las de Skocjan. A nivel de belleza natural no tienen mucho que envidiarle y todo el conjunto de la visita resulta mucho más "auténtico" y menos artificial que la experiencia en Postojna.
El Castillo de Predjama
El Castillo de Predjama se encuentra a unos 10 km de las cuevas de Postojna siguiendo una carretera de montaña. Al llegar el parking (realmente una campa de piedrillas) estaba totalmente abarrotado y nos costó muchísimo aparcar el coche.
Desde el parking de Postojna hay autobuses gratuitos que te acercan hasta el Castillo de Predjama, por lo que posiblemente sea una muy buena alternativa a llevar vuestro propio coche y lidiar con el tema del aparcamiento en el castillo.
El Castillo de Predjama aparece en el libro Guinness de los records como el mayor castillo del mundo construido dentro de una cueva.
En el siglo XV el castillo aguantó el asedio de las tropas enemigas durante más de un año, ya que los habitantes del castillo conseguían suministros y acceso al exterior a través de las galerías de la cueva en la que se asienta la fortaleza. Finalmente la batalla se resolvió por la traición de un sirviente que informó del momento en el que el rey se encontraba en el retrete, la zona menos protegida del castillo y que fue volada mediante un cañonazo.
La visita al castillo se realiza con ayuda de una audiguía bastante agradable que va informando sobre las distintas partes que componen la estructura. Si por fuera es espectacular ver el lugar donde se asienta el castillo, por dentro se produce una auténtica fusión entre la cueva y las dependencias construidas, no siendo fácil decir dónde termina el castillo y comienza la cueva. Uno es prolongación natural del otro.
Precisamente por no se un castillo al uso la visita merece muchísimo la pena. Es un lugar totalmente distinto a cualquier otro en el que haya estado.
Llegada a Ljubljana
Concluida la visita al castillo pusimos rumbo a nuestro destino final del viaje, la capital de Eslovenia.
Nuestro alojamiento para las dos próximas noches era un apartamento en la calle Hrenova Ulica, una zona semipeatonal de casas bajas con aspecto de "pueblito" pero literalmente a menos de 5 minutos andando del centro de Ljubljana. Tuvimos que dejar el coche a unas tres manzanas de distancia ya que este barrio tiene el acceso restringido a vehículos.
Como estábamos fuera del horario en el que se paga por estacionar el Ljubljana el parquímetro no funcionaba.
Parece ser que en Eslovenia si aparcas por la noche no puedes coger un ticket que te valga para las primeras horas del día siguiente. Así que el martes me tocó levantarme a las 6:50 de la mañana para poder usar el parquímetro y pagar por aparcar a partir de las 7 de la mañana. De locos!!
Esa noche cenamos en nuestro apartamento. Aún nos quedaban dos días completos para descubrir la capital de Eslovenia.