Hoy continuamos visitando algunos de los puntos más emblemáticos del parque nacional de Triglav, con los espacios naturales más impresionantes de Eslovenia: el desfiladero de Vintgar y todo en entorno del lago Bohinj.
La Garganta Vintgar
Vintgar se encuentra a unos escasos 6 km del lago Bled. Sin embargo la carretera está bastante poco señalizada, es muy estrecha y tiene infinidad de curvas, por lo que puede que el trayecto nos parezca más largo. Al final de la carretera encontramos un pequeño parking a todas luces insuficiente para la afluencia de público de la garganta, por lo que recomiendo madrugar para evitar las horas de máxima congestión.
Para acceder a la garganta hay que pagar 5€ por persona. Se trata de una garganta de unos 1600m de longitud en la que vamos siguiendo el camino del río a través de sendas y puentes de madera.
La garganta de Vintgar es un entorno natural realmente bonito y está muy bien conservada.
El camino es de ida y vuelta por el mismo sendero, pero no hay apenas desniveles, por lo que resulta muy fácil de realizar. La primera mitad de la ruta la disfrutamos muchísimo, pero a partir de ahí comenzó de nuevo la lluvia y no pudimos apreciar la garganta en todo su esplendor.
Según vamos avanzando por el desfiladero, descubrimos una de las tradiciones más arraigadas en esta (y alguna otras) ruta de Eslovenia: apilar las piedras en la orilla del río o del sendero. Son muchos los turistas que disfrutan colaborando en esta tradición aportando su pequeña piedra.
Llegando al final de la garganta encontramos una presa que regula el cauce del río y un puente de piedra con vistas sobre la garganta. Al final hay una nueva caseta de cobro para aquellos que quieran comenzar el camino desde el otro extremo que funciona también como bar y tienda de recuerdos.
Como en todas partes hay quien agudiza el ingenio para hacer negocio, y encontramos quien ofrecía servicio de taxi en su furgoneta para volver al parking principal evitando caminar de nuevo por la garganta con la lluvia torrencial que caía en ese momento. Y tuvo bastante éxito!!
Desde el final de la garganta podemos caminar otros 5 minutos para obtener vistas de la última cascada.
Desde este punto regresamos por nuestros pasos, deshaciendo de nuevo todo el camino hasta regresar al parking de la entrada.
La cascada Savica Waterfall
Una vez finalizada la visita a la garganta Vintgar nos dirigimos al entorno del lago Bohinj, el otro gran lago de Eslovenia, más grande pero menos conocido de Bled. La primera parada de esta zona sería para vez una de las cascadas más conocidas de la zona, aunque posiblemente no sea la más bonita de todas.
La carretera para llegar a la cascada Savica desde el lago está bastante bien señalizada. Como no podía ser de otra forma es la típica carretera con innumerables curvas y al final de la misma nos encontramos un parking de pago. En realidad me dio la impresión de que sólo pagamos los turistas ya que el controlador del parking dejó pasar a algún coche sin cobrar, pero bueno. 3 € y muchísimo sitio donde dejar el coche (lo cual no es siempre habitual en Eslovenia).
Para acceder al camino de subida a la cascada hay que volver a pasar por caja. Otros 3€ por persona. Que bien podían cobrar entrada y no parking o parking y no entrada. Porque pagar dos veces parece que molesta más.
La ascensión a la cascada Savica se realiza por un camino de unos 500 escalones hasta el mirador.
A lo largo de la subida, que cuenta con numerosos descansos y trozos de pendiente suave, hay multitud de mesas para picnic y zonas de descanso. Como no lo sabíamos habíamos comido junto al parking, pero sin duda estos puntos son una opción más agradable.
Afortunadamente para nosotros la lluvia había cesado y el día estaba mejorando notablemente. Así que la subida resultó muy llevadera. El principal inconveniente es que, a pesar de ser un sendero bonito por el bosque, no tiene casi vistas lo que le quita un poco de encanto.
En la parte superior del camino en encuentra el mirador, con una pequeña caseta de madera y un pequeño camino que desciende un poco más cerca de la cascada. La principal curiosidad de la cascada es que no cae desde la parte superior de la montaña, sino que nace a media altura. Al ser terrenos calizos, muy permeables, el rio discurre soterrado y sale al exterior en mitad de la montaña.
La cascada Savica presume de ser la más bonita de Eslovenia, por lo que el acceso a la misma estaba excesivamente concurrida. Y reconozco que es un punto muy atractivo en un entorno privilegiado, pero tampoco me pareció un salto de agua espectacular. Tal vez en agosto la cantidad de agua disminuya mucho y lo haga menos imponente, En cualquier caso merece la pena la visita, y la subida es mucho más sencilla de lo que puedes pensar al leer los "500 escalones" que te separan del mirador.
Teleférico Vogel
Descendiendo en coche desde la cascada Savina, antes de llegar al lago Bohinj encontramos a la derecha la carretera que nos lleva hasta el teleférico que sube hasta el monte Vogel. A diferencia de la carretera de la cascada, el camino para llegar a la estación del teleférico es muy corto, apenas 1 km, y además la carretera es de un solo sentido.
Aparcamos el coche y subimos al teleférico que promete unas grandes vistas del valle y del lago Bohinj. Pero si tengo que ser sincero, cualquier expectativa se me quedó pequeña comparada con la realidad.
Las vistas desde la estación superior del teleférico Vogel son sublimes. De esos espectáculos naturales que te dejan sin aliento.
Nada más salir del teleférico todo el mundo se dirige al balcón a contemplar las vistas y hacer fotos. Es cuestión de tener paciencia y que la gente se vaya alejando para conseguir las mejores panorámicas. Pero es uno de esos casos en los que las fotos no le hacen justicia al paisaje. De verdad, son impresionantes.
Desafortunadamente esas son las mejores vistas que vamos a conseguir desde el Monte Vogel. Se pueden hacer diferentes rutas de senderismo para observar el paisaje. Y todo el entorno natural es precioso y merece la pena dedicarle un paseo más o menor largo, pero no hay ninguna otra vista comparable a la se la estación del teleférico.
Dimos un paseo de aproximadamente 30 minutos por la cumbre del monte Vogel. Podría haber sido un poco más si hubiéramos tenido la ropa más técnica que estaba perdida con nuestro equipaje. Pero cualquier paseo merece la pena.
Para esperar al teleférico de bajada tomamos un café en el bar de la estación del teleférico. Caro y con mal servicio. Pero vino bien tomar algo caliente.
El lago Bohinj
Al bajar del teleférico fuimos a ver de cerca el lago Bohinj. Este es el lago más grande de Eslovenia y desde mi punto de vista el más bonito. Está menos saturado que el lago Bled y lo usan más los propios eslovenos como una zona de "playa" que como visita turística.
Hay parkings a ambos lados del lago y en la zona central. Todos ellos de pago por tiempo de estacionamiento y con máquinas para sacar el ticket al aparcar. Hicimos paradas en las tres zonas, pero realmente la parte central no tiene mucho que ver a no ser que queráis disfrutar de un rato de playa.
El lago Bohinj no es un lago estanco. Tiene un río por el que entra agua en la zona más cercana al teleférico, donde está el camping, y sale por el lado opuesto donde está la iglesia.
Al aparcar cerca del parking tenéis que buscar un puente que cruza al otro lado del río para poder acercaros al agua del lago. Nos costó un poco encontrarlo porque está más al oeste de lo que esperábamos, pero sabiendo que hay que buscar un puente el camino no tiene pérdida.
Todo el entorno del lago Bohinj me parece espectacularmente bonito. Vale muchísimo la pena dedicarle tiempo para pasear, contemplar el agua e incluso darse un baño si el tiempo acompaña.
El lado este del lago es sin duda el más visitado. En esta zona encontramos un embarcadero y la opción de aluilar barcas o piraguas para recorrer el lago. Además la estatua de la cabra de los cuernos de oro que según la leyenda formó el valle a base de cornadas hace las delicias de los niños.
En el entorno de la iglesia encontramos también varios paneles informativos sobre la formación del valle y los ríos que le proporcionan agua y lo drenan. Debido a ello el lago está llamado a desaparecer dentro de algunos millones de años.
En resumen, aunque no sea el más turístico de los dos grandes lagos de Elovenia creo que la visita al lago Bohinj es imprescindible si sois amantes de los espacios naturales.
Bohinska Bela
Desde aquí emprendimos el regreso a Bohinska Bela, el pueblo cercano al lago Bled que nos servia de estancia para ayer y hoy. Aprovechamos las últimas luces del día para dar un paseo por el pueblo y acercarnos a cenar al restaurante que nos habían recomendado en nuestro alojamiento.
El restaurante Gostilna Batišt tenía además muy buenas críticas en internet. Es un local muy grande (mucho más de lo que esperábamos en esa zona), prácticamente lleno el día de nuestra visita. Por lo demás la comida no nos pareció especialmente buena. Aunque es cierto que el precio es contenido, hemos cenado muchísimo mejor en cualquier otro restaurante con peores críticas.