Hoy nuestra ruta nos llevará hasta uno de los puntos más turísticos de Eslovenia: el Lago Bled, un famoso lago glaciar situado en los Alpes julianos.
Pero antes de llegar al lago Bled teníamos en nuestra agenda otros dos puntos de interés: la pequeña ciudad medieval Skofja Loka y la cuarta ciudad más grande de Eslovenia: Kranj.
Skofja Loka
Unos 30km al oeste de Kamnik se encuentra la ciudad medieval de Skofja Loka. Justo antes de cruzar el río a la entrada de la ciudad hay un parking enorme donde podemos aparcar sin problemas. Las 2 primeras horas son gratuitas y a partir de ahí costaban 0,5€/h en el momento de nuestra visita. Si no vamos a visitar interiores, es posible que las dos horas iniciales sean suficientes para visitar la ciudad.
Los principales puntos de interés de Skofja Loka se encuentran alrededor de la plaza Mestni trg.
En esta plaza nos encontramos el Palacio Stari Rotovz, el Monumento a la virgen Maria y la Casa de Homanova Hisa. Y muy cerca podemos visitar también la Iglesia parroquial de Skofja Loka.
Una vez visitado el centro histórico subimos al castillo en unos pocos minutos por una pronunciada pendiente. El castillo tiene un museo en su interior que nosotros no visitamos. Sin embargo el acceso al patio y los jardines es gratuito. Los jardines no son más que un pequeño parque de hierba y el patio tampoco es especialmente relevante, sin embargo creo que merecen la pena la visita aunque no entremos al museo. Además desde el exterior del castillo conseguimos las mejores panorámicas de Skofja Loka.
Otro punto de interés es el Puente de los Capuchinos, un puente medieval en forma de un solo arco de piedra que se considera como uno de los monumentos medievales mejor conservados de toda Europa central. Actualmente sigue sirviendo de paso al tráfico rodado, y las mejores vistas del mismo y de las casas que se asoman al rio se consiguen desde el puente peatonal paralelo a él.
Kranj
Nos dirigimos ahora 15 kilómetros al norte para visitar la cuarta ciudad más grande de Eslovenia: Kranj. Todo su centro histórico es peatonal, por lo que tenemos que dejar el coche en alguno de los parkings que nos encontramos en el exterior de esa zona peatonal. Son todos de pago, pero con tarifas de alrededor de 0,6€/h.
A pesar de que el día había amanecido con relativamente buen tiempo las nubes de habían ido cerrando y nos tocó realizar buena parte de la visita con una lluvia bastante intensa.
Kranj posee un casco antiguo medieval excelentemente conservado en la confluencia de los ríos Kobra y Sava.
El epicentro de nuestra visita a Kranj es la plaza Glavni Trg. Desde ahí podemos recorrer sus calles paralelas y las que prolongan la plaza a ambos lados. Kranji tuvo su época de máximo esplendor en la edad media, siendo un punto de referencia en el comercio de hierro y agricultura. Pasear por su casco antiguo peatonal y contemplar sus edificios es una auténtica gozada.
En el lado sur, acercándonos a la confluencia de los ríos hay un mirador moderno, suspendido sobre la colina y con parte del suelo de cristal. Merece la pena acercarse, aunque las vistas a la zona más industrial de Kranj no sean las más espectaculares.
En la dirección contraria, caminando desde Glavni Trg hacia el norte encontramos la zona más moderna de la ciudad, muy bien urbanizada y muy amable para el peatón.
Una vez concluida la visita, y para resguardarnos de la lluvia decidimos comer en un bar/restaurante ubicado junto a nuestro parking llamado Das ist Valter. Comida a base de hamburguesas, salchichas y ensaladas, con unas raciones enormes a un precio más que razonable. Muy recomendable.
El lago Bled
A continuación pusimos rumbo a uno de los lugares más turísticos de todo Eslovania y que aparece en la gran mayoría de los panfletos promocionales: el Lago Bled.
Se trata de un lago de origen glaciar ubicado en los alpes eslovenos y que tiene una isla central con una iglesia y algunas edificaciones más. Esta iglesia central con sus 99 escalones de subida le confiere al lago un punto tremendamente fotogénico.
La carretera que bordea el lago es una vía estrechita de un carril por cada sentido, por lo que los atascos al llegar a Bled están asegurados.
Por temas de precio y facilidad de aparcamiento no elegimos nuestro alojamiento en el propio Bled, sino en un pueblo cercano llamado Bohinska Bela. Se trata de una pequeña villa plagada de hostales y casas de turismo rural. Nuestro alojamiento para las dos próximas noches serían los Apartemnts Gregorc, con habitación con cocina y baño y una anfitriona tremendamente amable y que nos explicó la mejores opciones para visitar la zona.
Para evitar el atasco de la carretera de Bled y la búsqueda de aparcamiento decidimos volver hasta el lago Bled andando. Desde Bohinska Bela hay una ruta se senderismo a través del monte (señalizada con el número 5) que lleva hasta el lago Bled en unos 20 ó 25 minutos. También hay un autobús que realiza el recorrido por la carretera con frecuencias cada hora.
Para ser sinceros, el Lago Bled se merece su fama de punto imprescindible a visitar en Eslovenia. El paisaje natural es realmente bonito, y los conglomerados turísticos están muy controlados y agrupados en una única zona del lago.
Desafortunadamente nosotros no pudimos disfrutarlo en todo su esplendor por culpa de la lluvia y durante más de una hora tuvimos que refugiarnos en uno de los bares de la zona comercial. A esto hay que sumarle que gran parte de nuestra ropa continuaba desaparecida en nuestras maletas, por lo que no estábamos adecuadamente preparados para la lluvia intensa.
El lago Bled puede rodearse andando a través de sendas y caminos en aproximadamente hora y media.
La zona más fotogénica del camino es la de la orilla que discurre más cerca de la carretera. En este lado la senda nos lleva muy cerca del agua, incluso por puentes de madera sobre el agua, y podemos ver la iglesia de la isla central de frente. El camino por la orilla opuesta discurre más alejado del algo, ya que junto al agua hay varias villas con terrenos y embarcaderos privados. En cualquier caso toda la ruta alrededor es muy sencilla y recomendable.
En el lago se puede nadar, alquilar barcas y piraguas y disfrutar del agua. También hay barcas tradicionales que te llevan a la isla central y vuelta. No son baratas y sólo permiten 20 minutos de estancia en la isla. A nosotros nos pareció que no valía la pena, ya que la isla no ofrece gran cosa más allá de la iglesia, y creo que la imagen realmente bonita es ver la isla en el centro del lago.
En lo alto de la colina junto al lago se erige el Castillo de Bled. En su interior hay un museo y permite disfrutar de las vistas sobre el lago. Con un día de lluvia como el que nos había tocado decidimos que no era el momento adecuado para subir hasta el castillo. Además la tormenta nos había retrasado mucho y se nos iba a hacer de noche antes de terminar el recorrido.
En resumen, el lago Bled es un sitio realmente bonito. Os recomiendo reservarle una tarde completa o incluso un día completo para poder disfrutarlo con calma y pasearlo sin prisas e incluso daros un baño si el tiempo acompaña.