La mañana del viernes la teníamos reservada para regresar a Mont Saint Michel y volver a disfrutar de ese enclave único en el mundo a la luz de la mañana.
Sin embargo los pronósticos acertaron y el día amaneció con una lluvia realmente copiosa. Nos pareció que en esas condiciones no íbamos a poder disfrutar el encanto del Mont Saint Michel y lo más importante de la visita lo habíamos podido hacer la tarde anterior. Así que, con el recuerdo de la Abadía para amenizar la lluvia pusimos rumbo a nuestra siguiente parada del día: Dol
Dol de Bretagne
Dol de Bretaña tuvo su época de esplendor en la Edad Media, debido a su privilegiada situación entre Bretaña y Normandía. En el siglo VI se convirtió en obispado de Bretaña y en el siglo XIII se construyó su catedral.
Actualmente Dol ha perdido ya su condición de obispado y ha quedado reducida a una pequeña población de menos de 5000 habitantes.
Resulta curioso ver comparar el tamaño de la catedral con su población actual, y cuesta imaginar que en otros tiempos fuese una localidad relevante. Lamentablemente, la catedral estaba cerrada así que tuvimos que conformarnos con verla por fuera y dar un pequeño paseo por las calles de alrededor.
Mont-Dol
Cerca de Dol de Bretaña se encuentra el monte Dol. Estuvimos dudando sobre si debíamos ir o no, porque el principal atractivo del monte son sus vistas y no parecía que la lluvia y las nubes nos fuesen a dejar ver gran cosa del paisaje.
En la cima del Mont-Dol hay un molino de viento, una capilla, una torre y diversos puntos de observación.
Finalmente optamos por intentar echar un vistazo, pero tal como temíamos, las vistas quedaron ocultas por las nubes.
Dinan
Dinan es una preciosa ciudad fortificada que mantiene intacto su aspecto medieval y su encanto. La ciudad está dividida en dos partes totalmente distintas entre sí: El núcleo medieval amurallado, construido sobre la colina, y la zona baja donde se encuentra el puerto fluvial en el río Rance.
Dejamos el coche en la zona sur de la ciudad, en un parking junto a la Place Duguesclin, donde se pueden encontrar varias zonas de aparcamiento. Además la lluvia había cesado y pudimos olvidarnos del paraguas por el resto del día.
Este es nuestro recorrido aproximado por Dinan:
Castillo de Dinan
Muy cerca de la Place Duguesclin se encuentra el castillo de Dinan, del siglo XIV, cuyas murallas exteriores son francamente imponentes. Nos saltamos la visita al interior, puesto que aún teníamos muy fresco el recuerdo de la visita al castillo de Fougères del día anterior.
Fuimos avanzando por la Rue de Lehon hacia la zona alta de la ciudad. El centro histórico medieval de Dinan en un auténtico viaje en el tiempo. Las construcciones de piedra conviven son las de entramado de madera que se inclinan unas contra otras en ángulos que se antojan imposibles.
Rue de l'Horloge
Es una calle comercial en pleno centro histórico la que que destaca la Torre del Reloj (Torre de l'Horloge), una torre construida en el siglo XV para vigilancia de la ciudad. Tiene 46 metros de altura y se puede subir a su mirador para observar las vistas de la ciudad.
Place des Merciers
Es poco más que un cruce de calles, pero es un punto tremendamente acogedor, donde conviven fachadas singulares, terrazas, turistas e incluso tráfico rodado.
Rue du Jerzual y Rue de Petit Fort
Son dos calles, una continuación de la otra, que forman una empinada pendiente que nos lleva desde la ciudad alta a la zona del puerto. La verdad que es según vas bajando no puedes dejar de pensar “luego esto hay que subirlo!!!”
La cuesta para por debajo de las murallas de Dinan y está flanqueada por hermosas casa y numerosos talleres - tiendas de arte y manualidades y productos artesanos. Un paseo realmente especial.
El puerto de Dinan
Las orillas del río Rance nos ofrece un paisaje totalmente distinto del resto de la ciudad. De pronto nos encontramos con un espacio abierto, con las casas de entramados de madera agolpandose a la orillas del río y un pequeño puerto con numerosas embarcaciones atracadas. Un lugar francamente bonito y toda una sorpresa que no esperaba encontrar.
Las murallas de Dinan
De regreso hacia arriba por la cuesta de la Rue du Jerzual decidimos subir a las murallas en lugar de continuar el ascenso por la calle. Dinan tiene casi 3 km de murallas, y es este punto están restauradas y se puede pasear por la parte superior. No son las murallas más impresionantes que hayamos visto, pero merece la pena la visita.
Basílica de Saint-Sauveur
Es una edificación colosal en la que se entremezclan numerosos estilos arquitectónicos en la que destaca su campanario, de construcción piramidal.
Desde aquí regresamos al coche para poner rumbo a nuestra parada final del día:
Saint Malo
Al igual que nos sucedió la noche anterior en Mont Saint Michel, los hoteles dentro o cerca de la zona de intramuros resultaban muy caros. Además el acceso a la ciudad en coche está restringido a los residentes y huéspedes de los hoteles. Para compensarlo existe un autobús gratuito que funciona entre un parking disuasorio de las afueras y la entrada a las murallas de Saint Malo.
Con eso en mente buscamos un hotel cerca de dicho parking disuasorio y elegimos el “B&B Hôtel Saint-Malo Centre”. Este hotel se encuentra junto a un centro comercial y a unos 10 minutos andando de la parada del autobús gratuito al centro de Saint Malo.
Aunque eran ya casi las 7 de la tarde decidimos acercarnos a la zona de Intramuros de Saint Malo para tener una idea general de la ciudad antes de la visita de mañana.
Intramuros de Saint Malo
Saint Malo es un lugar simplemente precioso. Puede no tener la fama de otras ubicaciones, pero a mi me pareció muy muy bonito. Tal vez porque no me lo esperaba, no lo sé.
El recinto amurallado se puede recorrer casi en su totalidad por la parte superior, disfrutando de las vistas de la ciudad por un lado y el mar por el otro. Comenzamos a andar y terminamos realizando el recorrido completo, porque te apetece seguir viendo más!!
Hay que destacar que casi todo el centro histórico de Saint Malo fue destruido en la Segunda Guerra Mundial, pero ha sido reconstruido respetando el estilo de la época. Eso sí, con calles más anchas y una estructura mucho más ordenada de lo que esperas en una ciudad medieval.
Ya por la noche nos sorprendió en bullicio y el buen ambiente que se respira en Saint Malo. Además la iluminación nocturna de las murallas y el puerto es realmente espectacular.