Tras la edición de 2019 de Open House Bilbao, en la que participé como guía en el edificio de Bomberos y en el de la Policía Municipal de Bilbao, nos dieron la oportunidad a un grupo de voluntarios de visitar la azotea y las cúpulas de la Casa de Misericordia de San Mames.
Se trata de unos espacios habitualmente cerrados al público, y que en la práctica no están acondicionados para su visita, ya que existen barreras arquitectónicas y no resultan accesibles. Sin embargo, o tal vez por ello, tiene un encanto realmente especial por su ubicación y por las privilegiadas vistas que podemos disfrutar desde esta azotea.
El actual edificio de la Santa y Real Casa de Misericordia de Bilbao data de 1872.
Originalmente estaba formado por planta baja y dos pisos adicionales. Posteriormente se le añadió la tercera planta y las cúpulas que pudimos disfrutar en nuestra visita. Durante años las cúpulas estaban profundamente deterioradas por el paso del tiempo y estaban siendo utilizadas por las palomas como alojamiento improvisado.
A partir de 1980 comenzaron las obras de recuperación y reconstrucción de las cúpulas. Se conservaron sólo 2 de las 4 cúpulas originales y se cerraron y protegieron de los elementos externos, aunque actualmente no tienen una utilidad definida.
El acceso a la azotea se realiza a través de la escalera de servicio derecha del edificio. Las vistas desde la cubierta son simplemente impresionantes. Tenemos una vista de 360º sobre una de las zonas arquitectónicamente más activas de Bilbao. Destaca sin duda la mejor vista posible de la apertura del canal de Deusto y las actuales obras que se llevan a cabo en la Isla de Zorrotzaurre.
En la azotea pudimos visitar también la maquinaria del mítico reloj de la fachada y ver de cerca las cuatro campanas que coronan la capilla. También pudimos contemplar a vista de pájaro los dos patios interiores del edificio, con un tamaño de 400 metros cuadrados cada uno de ellos.
En resumen, considero una suerte haber podido asistir a esta visita privada y agradezco tanto a Open House Bilbao como al personal de la Misericordia la oportunidad de disfrutarla y el buen trato recibido durante la misma. Da gusto ver que tras toda una vida en Bilbao aún quedan rincones secretos que descubrir.