Es curioso como una ciudad relativamente pequeña como Bilbao puede seguir encerrando pequeños tesoros que incluso los propios habitantes de la ciudad no conocemos y que no siempre son fáciles de descubrir.
Hoy nos hemos acercado a Konsoni Lantegia, un almacén en Zorrotzaurre que representa perfectamente la aseveración de la frase anterior. Aunque he pasado numerosas veces por delante paseando, no tenía ni idea de lo que oculta en su interior y mucho menos que podía visitarse.
Me enteré un poco por casualidad que los viernes por la tarde existen visitas guiadas a Konsoni Lantegia.
Tengo que reconocer que he salido súper satisfecho de la visita y que me parece tremendamente interesante y muy recomendable. Para reservar la visita hay que rellenar y enviar el formulario que puedes encontrar en este enlace.
Que es Konsoni Lantegia
Lo primero que nos explican en la visita es que se trata de un almacén donde se guardan unas 1800 piezas que se consideran parte del Patrimonio Industrial Vasco. El hecho de que sea un almacén implica que las piezas no están idealmente dispuestas para su exhibición sino para su almacenaje. Hay poco espacio entre las distintas piezas, no hay un criterio cronológico o expositivo, y no existe ningún tipo de rótulo o cartel informativo sobre la historia o utilidad de las máquinas. Por eso las visitas solo pueden ser guiadas.
Estas visitas están gestionada por la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVPIOP) y nuestra guía logró hacer una visita entretenida, dinámica e increíblemente informativa. La duración de la visita es de aproximadamente 1 hora, aunque en nuestro caso se alargó hasta prácticamente 1.5 horas.
¿Y que se considera Patrimonio Industrial Vasco? Entrarían en esta categorización todas las máquinas, piezas, artilugios, manuales, etc que han formado parte del proceso de industrialización de Euskadi, y que ya han finalizado su período de vida útil y se consideran por tanto obsoletos.
Qué podemos ver en la visita
Recorremos toda la planta baja del almacén, donde en encuentran las piezas más grandes. El piso superior no está habilitado para poder visitarse.
Siguiendo el hilo conductor de la innovación en el sector industrial, vamos realizando un recorrido por la historia de diferentes máquinas y piezas que nos lleva desde los inicios de la industria moderna a mediados del siglo XIX, hasta la crisis de los setenta y la reconversión industrial en el último tercio del siglo XX.
En muchas de las máquinas descubrimos el concepto de "patente de introducción" que se usó de forma my habitual, y que consistía en adaptar a las necesidades locales diseños de máquinas y herramientas desarrollados en otros lugares.
Otros datos curiosos nos revelan cómo varias de las fábricas eibarresas de fabricación de armas fueron evolucionando a la producción de bicicletas y coches de niño y cómo dicha evolución tiene mucha más lógica de la que podríamos imaginar inicialmente.
Una de las piezas más modernas (y paradójicamente más obsoletas) es el primer ordenador de Bizkaia y tal vez de todo Euskadi, que perteneció a Sener. Es un aparato enorme que ocupa una cantidad increíble de espacio y cuyo método de entrada estaba basado en el uso de tarjetas perforadas.
Están almacenados también dos camiones de extinción de incendios que se usaban de forma interna en algunas plantas industriales del Pais Vasco. El primero de ellos se estima que data de los años 1920, aunque su matriculación no se produjo hasta 1941, tras la guerra civil cuando se introdujo la obligatoriedad de matricular todos los vehículos a motor. El otro camión cuenta con depósitos diferenciados para apagar incendios en función de su origen, debido a los diferentes comportamientos de los materiales químicos que se estuviesen empleando en la planta.
Otra máquina que tiene su lugar en la historia es una de las cableadoras que se utilizó en la reconstrucción del puente de Bizkaia (el puente transbordador) tras su voladura para dificultar el avance de las tropas franquistas en la guerra civil.
Hay montones de piezas más y cientos de anécdotas que hacen que esta visita sea una auténtica gozada y un lujo haber podido realizarla. ¡Te animo a descubrirlo por tí mismo!